Pablo Dacal me lleva a la nostalgia.

"El Corazón es el Lugar" - Pablo Dacal y las Guitarras del Tiempo.
Independiente - 2013.-

Este no es un comentario cualquiera. Es un hito importante en esta breve historia (historieta) que es el Premio Mr. E. Con esta entrada se alcanzan la nada despreciable cifra de cuatrocientos discos comentados en casi seis años. Este blog se constituyó en una base de datos del rock independiente argentino lo suficientemente nutrida como para ofrecer un panorama que, aún considerando el sesgo que le da la propia arbitrariedad en las elecciones de los discos, debe ser de las más grandes que hay en internet. En todo este tiempo, jugando y sin intención se armó un catalogo frondoso del rock subterráneo argentino y es para mí un motivo de felicidad que merece el festejo.-
Pablo Dacal tiene el número de las cuatro centenas en la espalda y no debe ser casualidad. Ya estuvo presente en este sitio con dos álbumes bien diferentes e igualmente interesantes y ahora presenta su nuevo trabajo que lo distancia de aquellos y lo confirma como un artista movedizo y arriesgado. Dacal saca un disco que tiene a la guitarra criolla como protagonista casi excluyente. Comienza con composiciones populares de estructura pop y, promediando el disco, se vuelca decididamente al tango hecho y derecho. Pero la intención es que suene crudo y primal como lo hubiesen hecho en un bar de principios del siglo pasado. Sonando en un directo de guitarras y voces con varios invitados se respira el humo de los cigarrillos y se huele el poderoso perfume del tinto en pingüino, acompañanndo la música simple y directa del grupo de violas. El embalaje es toda una joya como un paquete hecho a mano y numerado que también tiene su edición en vinilo.-
Y, como decía, no debe ser casualidad que en estos cuatrocientos discos se me aparezca un álbum tanguero que me remite inmediatamente a la memoria de mi Viejo, fanático del tango que me transmitió su melomanía de coleccionista. Y ya que pega la melancolía hago este homenaje a él que, seguramente, hubiese disfrutado de este disco (cosa que, admito, yo no hago tanto) y sobre todo de este proyecto del Premio Mr. E que no conoció pero que hubiese apoyado con fervor. ¡Hasta supongo que él hubiese hecho su propio premio tanguero!-
Dacal me puso sin quererlo esta obra en la mano para contar cuatrocientos comentarios y poder homenajear a mi Viejo que amaba el género como pocos. Creo que ese fanatismo, que no sabía de horarios ni volumen y me despertaba temprano al son del dos por cuatro hablando de guapos y desplantes amorosos, edificó la barrera que no me permite disfrutarlo ni verme identificado con el género más representativo de Buenos Aires. Si funciona como nostálgico disparador de maravillosos recuerdos y cariño incondicional para el que seguramente hubiese sido el seguidor número uno del premio.-
Va entonces este comentario-homenaje-hito dedicado a los que aman el tango y encuentran acá una fantástica oportunidad para darse una vuelta por el arrabal.-

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