Sony Music - 2013.-
Benito Cerati tiene apenas veinte años y debe vivir como pocos el karma de ser "el hijo de". Su padre Gustavo es una de la estrellas más fulgurantes del rock local y para Benito, en tanto músico, cada vez que toca un acorde está dando examen frente a la corte rockera argentina. Como ocurre con los cracks, los ojos se enfocan en "el hijo de" esperando revivir las hazañas de su padre. Mi Viejo me contó que Labruna era una maravilla pero vi a su hijo jugar y era un auténtico patadura. No es el caso de Zero Kill, el club donde juega Benito a esto de ser músico. Si bien sería prematuro hablar de sucesión hay decir que Cerati junior muestra uñas de guitarrero en un disco que él mismo define en entrevista para el No como "Trip Hop Metálico". Con ansias juveniles el álbum es tela en la que el joven músico muestra su enorme paleta de colores guiado con sabiduría por su amigo Tweety González que pasó de ayudarle a cambiar los pañales a producir el debut de su banda. Claro que en su afán de mostrar habilidades el resultado final resulta un poco viscoso y difícil de digerir de un trago. Sonidos de diversidad casi infinita y voces en español e inglés se van cruzando en una obra que está al límite de lo pretencioso pero que, en su resultado final, es altamente satisfactoria. Resulta sorprendente que estas canciones hayan sido compuestas por un pibe de diecisiete años. La edad refleja también su vocación de mostrar todo lo que sabe y puede. El tiempo incorporará más madurez y capacidad de sintetizar el lenguaje musical de Zero Kill seguramente con resultados superiores. Si bien no había (creo) grandes expectativas en la salida de este álbum debo decir que en mi visión el hijo de Gustavo aprueba cómodo y se banca la parada como para perfilarse como un músico de inmenso futuro. El tiempo dirá.-
https://www.facebook.com/ZeroKill7
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