jueves, 19 de abril de 2018

En progreso.

"El progreso" - Ardilla.-
Independiente - 2018.-


Miré el sábado pasado el documental "It Was Fifty Years Ago Today! The Beatles: Sgt. Pepper & Beyond". Confieso que me pareció un poco aburrido aunque ver a The Beatles siempre es un enorme placer. Me gustó más "All things must pass" acerca de la cadena de disquerías Tower Records, su rotundo éxito y lamentable caída. Y es que cuando la angustia me atrapa y el rock parece desvanecerse me refugio en estas cosas del pasado. Pero es peor. Me termino convirtiendo en lo que nunca quise ser: un conservador que habla de lo que pasó y no puede hablar de lo que está pasando. Cuando veía a personas atrapadas en el tiempo sosteniendo que Pink Floyd o Yes eran el último bastión del rock salía en su rescate invocando inútilmente a The Smiths o The Jam y, más cerca en el tiempo, a Arctic Monkeys. Claro que no era muy bien recibido o me retrucaban con un tibio gusto por Red Hot Chilli Peppers.-
Hoy soy yo el que queda anclado entre guitarras y aullidos rockers o melodías intensas. No entiendo a Rihana, Justin Timberlake o Calvin Harris. No puedo comulgar con el Hip Hop y menos con el Trap. Ya estoy grande, también es cierto, y el lenguaje de las nuevas generaciones está cada vez más distante. La carga simbólica del rock como expresión desafiante de los jóvenes ha perdido todo sentido y pensar en que puede aparecer un nuevo Bowie es para matarse de risa. Y es que, en verdad, el contexto ya no es el mismo y no lo necesita. En el documental de The Beatles se dice que para la época de la grabación de Sgt. Pepper se empezaba a hablar de rock. Era una nueva concepción del arte. Los músicos se agrupaban de manera estable, buscaban una identidad musical y conceptual, componían sus propias canciones y tocaban ellos solos sin recurrir a sesionistas. Las nuevas estrellas de la música pop han desandado ese camino por completo. ¡Se acabó el rock tal como fue concebido en 1968! Y no está mal. Todo tiene un final y "All things must pass". El proceso es lento y hay algunas cosas que todavía se pueden rescatar. Por suerte.-
Entre esas cosas está Ardilla, la banda que lanza su segundo álbum con la misma altísima calidad de edición que el anterior en un esfuerzo para destacar y que busca otorgarle valor a la edición material. Escuchar hoy una banda como esta es toda una satisfacción. "El Progreso" constituye una suerte de resistencia obstinada que se nutre de las más puras vertientes rockers. Sus dos cantantes ofrecen un costado áspero y adecuadamente sucio por un lado y otro más afiatado en su cantar más terso lo que les permite una amplia colaratura de voces. Instrumentalmente es un disco de guitarras al frente, bien pulsudas y contundentes.-
"El progreso" es un álbum de rock hecho y derecho que, diez años atrás, hubiese considerado un poco por debajo de mi percepción actual. pero como siempre me dejé llevar por mis emociones debo decir que en este marco es un álbum que lleva alta la bandera de ese rock hecho con inteligencia, transpiración y sinceridad. Para los tiempos que corren... para mí es un montón.-

https://www.facebook.com/ardillaoficial/

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