Estos pibes la veían venir.
Para que la ciudad de La Plata llegue a convertirse en el eje del rock argentino de hoy mucha agua debió pasar debajo del puente. Tuve el privilegio de ser testigo de los primeros brotes de rock en la ciudad y me fui, luego de finalizar mis estudios, cuando las cosas empezaban a hervir en serio. Tengo mis recuerdos pero ahora, gracias la generosidad del periodista, escritor y amigo Oscar Jalil, cuento en mi colección con los números uno y tres (el dos se perdió en la historia) de una mítica revista llamada Bongó que retrataba con gran visión de futuro una escena que con los años mostraría una de las caras con mayor talento y calidad de la cultura rock argentina. Los ejemplares incunables, del 93 y del 95, reseñan en sus páginas a muchos protagonistas que aún hoy son activos partícipes del rock en La Plata e imaginaban un futuro que, sin tanta grandilocuencia, finalmente llegaría. Naturalmente Peligrosos Gorriones y Las Canoplas se llevan las tapas y notas principales con mayor peso que nenes como Zappa y la revista hacía un zoom periodístico reseñando según la geografía como "de acá" (La Plata), "de allá" (refiriéndose a Buenos Aires y marcando decididamente territorio) y "de más allá" para las noticias internacionales."Alguna vez nuestros grupos atiborrarán las disquerías y, por añadidura, esta revista se venderá en los puestos de Londres a precios prohibitivos". La idea era por demás pretenciosa aunque, visto en perspectiva y sin pensar siquiera en Londres, algo de eso hay.-
Atesoro "números uno" de varias publicaciones de rock argentino que son auténticos incunables (Esculpiendo Milagros, ya reseñado, Revolver, Caín, Los Inrockuptibles entre otras). Ahora sumo Bongó que desde su costado amateur y apasionado es un testimonio gigantesco del inicio del rock de La Plata. Muchas gracias a Oscar Jalil por su obsequio y, sobre todo, por haber estado ahí y tener ganas de contarlo.-
1 comentario:
La tapa del numero dos era compartida: Manuel MOretti de Estelares, Gustavo Astarita de Mister América y Ridy de Víctimas del baile
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