
El final, ahora sí, llegó. Los mil mangos tienen dueño. Anuncio con bombos y platillos que Norma es, según el concientemente arbitrario criterio de Mr. E, el mejor disco de 2008 y, por consiguiente el ganador de la primera edición del Premio Mr. E.
La elección no fue fácil y no jodo. Tengo que confesar que este brillante disco al que finalmente escojo como el mejor del año es tan bueno como el de Crema del Cielo. La situación es angustiante pero tengo que elegir sólo uno. Y me inclino por el de Norma porque creo que es un álbum con mucho carácter y consistente. Todas sus canciones muestran un vuelo compositivo e instrumental de altísima calidad. Creo que Norma muestra un uso de las guitarras como ninguna otra banda argentina llega a alcanzar.

Crema del Cielo también han facturado un disco impecable, más abierto en propuestas y cohesión, pero que también me voló la peluca. Boya y compañía tienen que estar orgullosos de su trabajo. Los otros diez álbumes presentados en la selección final son producciones de altísima calidad pero que, en mi subjetiva y arbitraria visión, están un escalón más abajo que estos dos.
Pero lo más importante de todo es que el rock argentino sigue vivo, fuerte y bien sano. Pero no en las páginas de la Rolling Stone o en el Si de Clarín. El auténtico rock argento, que puede darse el lujo de elegir no menos de veinte muy buenos discos, está en los sótanos, en los festivalitos para pocos, en las disquerías de diez metros cuadrados y, sobre todo, en los corazones de los músicos y en el de sus seguidores. No hay más que ver la encuesta de Clarín y verificar
cuan pedorro puede ser el rock argentino si nos quedamos con los votos de treinta mil nabos. Me cago en el rock argentino si el rock argentino es sólo el Pepsi/Quilmes Show. Que se lo metan en el culo. Me calenté escribiendo, pero está bien así.
Felicitaciones a Norma. También a Crema y a todos los que hicieron sus grandes discos de 2008. Muy feliz año para todos los que se matan por este movimiento chiquito pero gigante en talento, imaginación, creatividad y perseverancia. Desde aquí seguiré apoyando. Para el resto, que Dios los ayude.
Mr. E