Mala Difusión Records - 2012.-
Comentar un disco de Demonio de Tasmania es un acto de historicismo inevitable. Sharly, su líder y artífice, lleva las riendas de la agrupación desde hace veinte años y ha editado la asombrosa cantidad de ¡trece! álbumes. En ese lapso compartió su carrera con bandas señeras del rock argentino como Los Brujos y es testigo presencial del rock underground de Buenos Aires. Creo que, sin dudas, estamos hablando de un verdadero procer y luchador del rock. La situación es intimidante. Frente a semejante currículum me siento un auténtico pelele.-
Objetivamente y desde lo estrictamente musical DDT hace el trabajo que sus fieles seguidores esperaban: rock + dance sabiamente desprolijo, innegociable, inalterable. El perfume de la disco Freedom parece salir de mi reproductor. En estas dos décadas Sharly y sus amigos han sabido construir un estilo propio y en esta ocasión imbuirlo de un discurso (admitamos que algo naif por momentos) que se mete con los costados comerciales del negocio de la música que a los DDT siempre les ha sido esquivo. Se los puede calificar hoy de ser como unos Miranda desaseados o castigarlos por ser demasiado dance para rockers o muy guitarreros para electrónicos. Pero cuando DDT empezaba los Miranda asistían a salita de cuatro. Es claro entonces que estos son los verdaderos dueños del electro rock de estas Pampas, los Primal Scream porteños, los agitadores de pistas de baile a guitarrazos.-
¿Si el disco me gustó? Es lo que menos importa. Celebro que después de veinte años siga habiendo rockeros que continuen sacando sus álbumes con la misma pasión y convicción de cuando eran unos adolescentes. Allí descansa la riqueza. Así se baila al ritmo de la plata.-
http://www.ddt.com.ar/index.htm
https://www.facebook.com/DDTMAG
