Inependiente - 2012.-
Inclasificables es el término que, aún con la certeza de caer en el lugar común, es el adjetivo que mejor le calza a Sr. Tomate. Este nuevo trabajo les hace dar otro paso hacia adelante ya que con producción sobria de Ray Fajardo suenan más compactos y claros. No se engañe, lector, si supone que esta verdad nos lleva a inmaculada prolijidad. Nada de eso. La música de Sr. Tomate sigue siendo un reverendo quilombo que se te va ordenando en la mente con las escuchas. Las fuerzas se cruzan como en esos diagramas de Física que nos quitaban el sueño en el secundario: guitarras, melódicas, trompetas, melancolía y fiesta, dolor y alegría, hondos o juguetones, todo comandado por la voz de su cantante, enigmática y personalísima, con un dramatismo de "lady crooner" destartalada.-
“Los cuchillos que clavé, que son parte de mí, llevo ya una colección, los veo relucir ¿y qué? si vos sabés que soy coleccionista del dolor.” Muestra poderosa de poesía triste que, encima de todo, Sr. Tomate te regala, todo por el precio de un álbum. Armando su propuesta con los retazos de las músicas de las desequilibradas mentes sonoras de sus integrantes es que debe materializarse la música de estos platenses. Crean un "universo paralelo", diría un cronista de baja imaginación recurriendo, otra vez, al lugar común. Lo que estos personajes crean es el ensueño hecho música, sin prejuicios ni caminos premeditados. Pero no es tan fácil la cosa. Todo vale en el espacio Tomate y esto, a veces, les inclina la cancha y se nos hace un poco espeso de digerir. La música de la banda pesa por su originalidad pero por momentos hace un zumbido para aquellos que tenemos apego por el pop beatlesco. De todas maneras para los que estamos acá en la tierra un tomatito de vez en cuando viene muy pero muy bien.-
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